Siempre contemplé la danza desde un punto de vista diferente…
La célebre frase “No quiero gente que quiera bailar, quiero gente que necesite bailar”, me inspiró, en cierto modo, a llevar a cabo mi sueño.
A lo largo de mi formación como bailarina, aprendí de la experiencia de cada maestro, la fuerza de cada compañero y el arrojo de aquellos que sin dedicarse profesionalmente, hacían de cada clase un auténtico espectáculo.
Tuve claro desde el principio que mi filosofía sería muy diferente a lo que había conocido hasta entonces, pues pienso que esta enseñanza debe basarse principalmente en el aspecto humano, la pasión y en el disfrute del enriquecimiento que supone el diálogo enseñanza-aprendizaje, después, casi de la mano, vendrán la técnica, la constancia y la disciplina.
Un largo camino por recorrer, en el que me sentiré tremendamente orgullosa de ayudarte a dar el primer paso.
Me halaga poder darte la bienvenida a esta gran familia que somos, gracias a que ya más de 400 personas han confiado en nosotros su formación artística, teniendo como fin común llegar a disfrutar del mundo de danza desde dentro.
Si no amase la danza, ¿cómo podría transmitirla a otros?
Teresa Guerrero